Es cierto que el 2024 quedará en la memoria como un año especialmente pobre para Hollywood. En vez de brillantez y estrellas, la industria se encontró sumida en sombras proyectadas no por la pantalla grande, sino por una maquinaria que parece haber perdido la esencia de su labor. Existen diversas razones, y ninguna de ellas es lo suficientemente impactante por sí misma, pero todas juntas muestran un sistema agotado y descuidado de su audiencia.
Primero, la maquinaria se detuvo. El 2023 debía ser el nuevo comienzo tras décadas de catástrofes laborales que aquejaban a la industria. Sin embargo, 2023 se convirtió en el año de la huelga de guionistas y actores, una revuelta anticipada que evidenció la dependencia en nuevas e incipientes innovaciones (principalmente la inteligencia artificial) y la falta de valoración de las personas con habilidades que merecían un salario y créditos justos. Los estudios experimentaron paros de producción durante meses, y los calendarios de estrenos tentativos se convirtieron en meras sombras de lo que debieron ser.
Segundo, lo que sí llegó a las salas en 2024 fue en su mayoría derivativo, insípido, y tan predecible que se hace difícil recordar que se estrenó. Las secuelas interminables y los refritos de franquicias agotadas como Transformers o Despicable Me no solo dejaron de emocionar, sino que subrayaron la falta de audacia de un Hollywood incapaz de apostar por algo nuevo. Si las grandes producciones alguna vez buscaron sorprender al espectador, este año parecieron solo intentar cumplir un trámite.
El público, lejos de manifestar una fatiga, entregó un resultado económico favorable en 2024. Las cifras positivas de taquilla, lejos de reflejar un verdadero fervor, expusieron la melancólica pasividad del espectador, que aceptó con desgano una oferta cinematográfica carente de alma y osadía. Esa conformidad colectiva, triste y deprimente, transformó la experiencia del cine en algo funcional, despojado de la chispa ritual que alguna vez hizo de las salas un templo de emociones. Así, lo que debería haber sido un año de redescubrimiento para Hollywood terminó por subrayar la desconexión entre industria y audiencia, relegando la magia del séptimo arte a un ejercicio mecánico, carente de la vitalidad que lo define.
En un Hollywood que durante décadas supo cómo reinventarse, 2024 se siente como un callejón sin salida. La industria deberá elegir entre persistir en esta fórmula desgastada o redescubrir las historias que alguna vez definieron su grandeza. Tal vez en esta crisis haya, como tantas veces, una oportunidad de cambio. Pero para que eso ocurra, primero deberá recordar lo que olvidó este año: que el cine no es solo espectáculo; es emoción, arte y humanidad.
Las diez películas mas rentables del 2024, según las estadísticas de Box Office Mojo.
-
Intensa mente 2
-
Deadpool & Wolverine
-
Moana 2
-
Mi Villano Favorito 4
-
Wicked
-
Duna: Parte Dos
-
Mufasa: El rey león
-
Godzilla y Kong: El nuevo imperio
-
Kung Fu Panda 4
-
Venom: El último baile
